Un encuentro boscoso [Priv. Alice Nell Bytheseashore]

Un nuevo día en la mañana desperté en mi departamento, y se supone que me debería sentir con energía y en completa disposición, para cumplir la tarea que se me fue asignada en el mensaje que dios me había enviado y había esperado con tantas ansias… Pero la verdad es que me encontraba ahí, aún recostada en mi cama desanimada con unos deseos de dormir por todo el día, cada 5 minutos que volvía a sonar el despertador sólo lograba que me diera un par de vueltas molesta y volver a meterme entre las sabanas deseando poder seguir durmiendo… Sin embargo, bien sabía que no podía hacerlo.
Me digné finalmente a levantarme ya después como de media hora, tomé una ducha rápida, pero aún así al salir sentí tanto frío que llegué a tiritar un poco, por lo que me vestí rápidamente. Ya que el clima se iba colocando cada vez más gélido, decidí colocarme algo abrigado, unas pantis color blanco, unos botines marrones oscuros, un vestido de cuadros con un tono lila y una chaqueta de mezclilla. Me cepillé el cabello me trencé un poco el cabello como de costumbre solo con unos mechones cercanos a mis oídos y estaba lista para salir.
Dejé todo en orden y cerré bien mi departamento. Decidí ir caminando hacia el bosque para despejarme un poco y me coloqué a pensar seriamente… Pero aún así no llegaba a nada… Me frustré tanto que me dieron ganas de devolverme a mi cama de una buena vez.

-¿Y ahora qué?- suspiro algo cansada –¿Debería ir con el líder de los naranjos? Aunque creo que la mayoría de las criaturas violentas están ahí… ¿Entonces con los púrpura? ¿Pero si son de clase y sociedad y no deseen atenderme? T-Tal vez tenga que hacer una cita previa…- hablaba sola mientras que comenzaba a caminar más rápido sin notarlo mucho -Mmm... Mejor eso sólo lo veo después, por mientras pienso que debería conocer a alguien de aquí… ¿Eh?-

Cuando me dí cuenta había llegado a una parte algo profunda del bosque oscuro, miré a mi alrededor encontrándome con una pequeña ardilla que me miraba, me agaché para tomarla, pero esta rápidamente escaló mi brazo y se subió a mi hombro frotando su cabeza en mi mejilla causándome un poco de cosquillas. Junto a ella comencé a seguir explorando hasta que llegué a cierto prado y divisé a una persona que se encontraba a pies de un árbol, me acerqué un poco más rápido, pero la ardilla se colocó alrededor de mi nuca escondiéndose, no le entendí hasta que vi que tenía unas alas de color oscuro… Me quedé un poco bloqueada por un momento, pero después me seguí acercando, sólo que un poco más cuidadosa.

-Disculpa… ¿De que bando eres?- pregunté mirándole cuidadosamente.

Le miré un poco más detalladamente para reconocerlo mejor, era sólo un chico de cabello blanco, ojos celestes, descalzo y con ese par de alas negras en su espalda que me daban a conocer qué raza era, aún así me resultó curioso que alguien con alas negras se encontrara con los púrpuras, aunque la verdad ya estaba al tanto de aquellas excepciones que existían en los bandos, ya que no todos las razas siguen exactamente los mismos pensamientos ni los mismos grupos, pero creí que aún así era más bien simpático en lugar de cortante y clasista como creí que eran los del bando púrpura, al parecer sólo sentí algo de miedo ante ellos antes de conocerlos, miedo que ahora me resultaba estúpido e inútil. Parecía amable y agradable a diferencia de como me habían enseñado de cómo se suponían que eran los alas negras, además de tener un aire tranquilo y fresco a su alrededor. La ardilla ahora reaccionaba de una manera algo defensiva, pero la acaricié un poco para tranquilizarla de nuevo, obteniendo éxito sonreí.

-Oh~ cierto, perdón, la verdad es que estaba distraída con otra cosa en mi mente- reí al caer en cuenta de ello –Muy bien, entonces empezaremos bien. Yo soy Alice Nell, un gusto- me presenté con una pequeña reverencia como una princesa y volví a reír -¿Quién es el caballero que me acompaña?- me acerqué a él tranquilamente con la ardilla en la mano para que le perdiera el miedo, al comienzo de nuevo se asustó, por lo que le seguí acariciando un poco mientras me sentaba frente a él, le extendí las manos con el animalito en ellas, el cual ahora comenzaba a sentir una curiosidad por él intentando sentir un poco su aroma con su nariz.

-Me parece bien- dije mientras sonreí nuevamente y me decidí por tomar su mano, me puse de pie y sacudí mi ropa un poco por si acaso, le miré una vez más, por alguna extraña razón cada vez que lo hacía lo veía aún más inofensivo respecto a la anterior, de hecho cada vez me parecía más dulce. Por lo que no le vi nada de malo al aceptar su invitación, aunque se me hicieron un poco extrañas sus palabras.

La verdad es de que nunca me había enterado de cosas como las que me dijo, pero podía ser también que aquí sean las cosas diferentes y sean más agresivas las criaturas a diferencia de las otras de las que se tienen datos y registros… Además de que un ambiente de conflicto como el que se presenta normalmente en esta cuidad era capaz de influenciarlos. Aún si fuese así, no le temía a las criaturas ni a las personas en general, hay que ser precavido, es cierto, pero no tenía nada malo de confiar en alguien que no te ha demostrado algo para que hagas lo contrario.

Pensé un poco sobre como sería el lugar al que llegaríamos, debía ser un poco peculiar para ser una zona diferente a las demás, o simplemente ser igual al resto… Honestamente, sin importar cual de las dos era, me emocioné un poco.

-Oh, respecto a que hago aquí…- retomé una de las preguntas que me había hecho antes –Al comienzo solo pensaba en distraerme un poco por el bosque, pero sin darme cuenta me interné más de lo que esperaba- reí, era un poco vergonzoso que alguien me conociera de primera por mi lado distraído, pero aún así también me resultaba algo divertido para mí misma, no me sorprendería que se riera un poco o algo así –Creo que debería ser más consciente…- reflexioné en voz alta un poco nerviosa.

Repentinamente, sentí que la ardilla que tenía en la mano contraria a la que ocupé para aceptar su propuesta, pasó por mis brazos llegando donde él, luego también recorrió su brazo hasta alcanzar su hombro y después de olerlo un poco le lamió la mejilla, no pude evitar reír levemente.

-Al parecer también le agradas Aaron- dije feliz al ver la reacción de la ardillita, tenía muy bien entendido que los animales tienen la mayoría de las veces mejores intuiciones sobre el corazón o las intenciones de las personas, ya no tenía ninguna duda, aunque Aaron fuera un alas negras o no, realmente debía ser alguien fuerte y amable como se demostraba.